Cuando vivía en Barcelona al lado de las Ramblas tuve una plaga brutal de hormigas en mi viejo piso donde estaba de alquiler.
Desesperado usé todo tipo de productos químicos.
Al final unos polvos me solucionaron el molesto problema.
Los formicidos iban flechados a la miel. Acabe con todos. Miel y polvos y todos fulminados. Muertos. Todos.
Desde entonces nunca hasta hace poco he vuelto a tener problemas con las hormigas.
Las conozco bien. Son muy astutas y constantes y no son de fiar nunca. Nunca.
Siempre me gusta tener en el lavadero estos polvos exterminadores.
Un potente veneno.
Potentisimo.
No saben ustedes cuanto de potente.
Y lo usé cuando me hizo falta usarlo y lo usare de nuevo las veces que me haga falta usarlo.
No duden que cuando tenga de nuevo que usar este veneno lo voy a usar y sin contemplaciones y sin que me tiemble el pulso y hasta erradicar de raíz la plaga de hormigas que se me presente
Acabé con aquella maldita plaga y volveré a acabar con la que se me presente.
Hellín a 12 de Noviembre de 2.010.
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