Vemos como se convocan concentraciones por las redes sociales de Internet y están son masivas y exitosas a pesar de la brutal represión.
Ahora los países no pueden vivir aislados en la época de la aldea global digital.
Primero fue Túnez y después Egipto y parecían naciones tranquilas y pacificas.
Libia esta en estado de alerta y Marruecos idem.
Monarquías teocráticas medievales como las del Golfo Pérsico peligran también.
Allí millones de extranjeros son tratados como ganado.
Peor que el ganado. Son esclavos laborales sin derechos de ningún tipo.
Esto va a reventar porque la injusticia social solo genera rabia y furia y frustración generalizada entre millones de personas marginadas de la riqueza y de la prosperidad que exhiben sus corruptas castas gobernantes.
España puede no ser ajena a estos cataclismos sociales.
Desde una fundación guerrista se sostiene que pueden llegar aquí estas protestas callejeras.
Millones de españoles pasan calamidades sin limites.
Cientos de miles han sido echados de sus casas por no poder pagar las hipotecas.
Lo han perdido todo y lo que es peor no tienen futuro ni presente ni esperanza.
Contrasta tanta privación y marginacion y dependencia con la ostentación de pisazos, fincazas e instalaciones de lujo de no pocos representantes políticos españoles que no se cortan un pelo en exhibirlas.
Ya han dejado de percibir muchos parados los ruines 426 eurotes de m mensuales.
Una parte mínima de estos podrán acogerse a los 400 eurotes de m mensuales que los van a sustituir.
Un desempleado que se autoinmole como hizo el joven tunecino licenciado que se suicido harto de la vida que llevaba de privaciones y pobreza puede desencadenar en España algo gordo.
Esteban Gonzalez Pons lo ha advertido.
Una revuelta a lo egipcio se puede dar en España y no es descartable.
Vale que aquí tenemos un democracia formal occidental pero el estomago no conoce de constituciones si no se cumplen los derechos fundamentales que en estas se recogen como tener un trabajo y una vivienda digna y poder ser feliz en resumen.
Hellín a 20 de Febrero de 2.011.
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