A lo loco nos vemos inmersos en una reforma constitucional que en la practica no obliga a nada a ningún partido porque es una declaración de buenas intenciones.
En un democracia somos los electores los que debemos expulsar con nuestro voto al gobernante que no administre bien los recursos públicos.
Si encima los fiscalizadores no cumplen con su obligación y por miedo a sus jefes politicos o por complicidad permiten que se maquillen las cuentas ya me diran el plan que tenemos.
El que tenemos ahora. Un Estado de Bienestar inviable e insostenible.
La estabilidad presupuestaria de la que habla ahora una embarazadisima Soraya en el Congreso es incompatible con el socialismo.
La única solución no votarles una y otra vez.
Siempre que han mandando hemos acabado igual.
En la ruina.
Hellín a 2 de Septiembre de 2.011.
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