Cuando Pedro Sánchez defendía la reforma del artículo 135 de la Constitución
El secretario general del PSOE defendió en 2011 en un artículo en la prensa la reforma constitucional que ahora quiere modificar
Estabilidad y justicia social
PEDRO SÁNCHEZ (PSOE)
SÁBADO, 3 DE SEPTIEMBRE DEL 2011
Agosto fue un mal mes para la economía mundial. A ambos lados del atlántico volvieron a saltar las alarmas, y los más agoreros alertan del riesgo de recesión. No creo que estemos en ese extremo, pero sí reconozco la gravedad de la situación y la exigencia de que todos los países -también nosotros: España y Catalunya-, reforcemos la confianza del país respecto a nuestros inversores. Tal es el contexto que explica la urgencia de la reforma constitucional ayer aprobada.
Pero si inédita es la situación que atraviesa la economía internacional, y extraordinaria la reforma de una Constitución que no nos habíamos atrevido antes a reformar -pese a la evidente necesidad de revisión en algunos de sus preceptos-, el principio de estabilidad presupuestaria no lo es en absoluto. Nuestra legislación está repleta de estabilidades: la Ley de Estabilidad Presupuestaria de 2006, y el Tratado de la Unión Europea (UE) que recoge como elemento principal el Pacto de Estabilidad y Crecimiento que fija los objetivos de déficit y deuda pública a los que nos debemos ajustar como estado miembro.
Al elevar de rango el principio, reforzamos el compromiso del Estado con la estabilidad presupuestaria, cuestión que beneficia de forma clara a la economía española y a la catalana.
Nunca creí que lo que diferenciara a la izquierda y la derecha fuese el tamaño del déficit público. La estabilidad de las cuentas es un principio de buen gobierno. Establecido el marco, el debate político entre la izquierda y la derecha debe girar en lo que de verdad importa a la ciudadanía: cuánto ingresas y cuánto y cómo lo gastas.
Diferencias que ya podemos ver (y los catalanes sufrir) en los ajustes que gobiernos conservadores, como el catalán, realizan: menos presupuesto en educación pública y más injusticia fiscal, al suprimir el impuesto de sucesiones a las rentas más altas.
La estabilidad no está reñida con la justicia social, al contrario, la alimenta al garantizar la sostenibilidad del Estado del bienestar.
http://www.elperiodico.com/es/noticias/politica/estabilidad-justicia-social-1138802
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